Brillo opaco


Hilo de néctar
en tus labios,
sobre tu piel,
ni el viento
ni el fuego
ni el agua lo harán desaparecer,
dorado equinoccio de otoño
sella el destino al nacer

Ángel, esperanza
misterio de la fé,
sonríe el santo
unge la frente
tus ojos soñando

Sol y Luna
anuncian el designio,
a la incógnita del niño
a tu voz que crece
la llama que desvanece
en el gris del tiempo
un espacio incierto,
a la vera de un anochecer


La Casita tiene jardín, está en Buenos Aires,
podes llegar... yendo derecho

por el camino del arroba
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